La atención es una función cerebral cuya finalidad es la selección de, entre la multitud de estímulos sensoriales que llegan simultáneamente y de manera incesante al cerebro, aquellos que son útiles y pertinentes para llevar a cabo una actividad motora o un proceso mental (Muñoz–Tirapu, 2001).
Diversos autores (Cohen, 1993; Sohlberg y Mateer, 1989) han descrito modelos clínicos de la atención basados en la investigación experimental y en la observación clínica de los pacientes con daño cerebral en distintos niveles de recuperación.
Por su relevancia y utilidad clínica en la evaluación y rehabilitación neuropsicológica, vamos a pasar a describir sucintamente el modelo clínico de la atención (Sohlberg y Mateer, 1989), modelo jerárquico que divide la atención en los siguientes subprocesos:
- Arousal. Es la capacidad de estar despierto y de mantener la alerta.
- Atención focal. Habilidad para enfocar la atención a un estímulo visual, auditivo o táctil.
- Atención sostenida. Es la capacidad de mantener una respuesta de forma consistente durante un período de tiempo prolongado.
- Atención selectiva. Es la capacidad para seleccionar, de entre varias posibles, la información relevante a procesar o el esquema de acción apropiado, inhibiendo la atención a unos estímulos mientras se atiende a otros.
- Atención alternante. Es la capacidad que permite cambiar el foco de atención entre tareas que implica requerimientos cognitivos diferentes, controlando qué información es procesada en cada momento.
- Atención dividida. Capacidad para atender a dos cosas al mismo tiempo.
gracias ha apoyado mi investigación
ResponderEliminarGracias a ti, por tu interés.
ResponderEliminarUn saludo