Un juego educativo es "un método instructivo en el que el alumno participa en una actividad competitiva con reglas prefijadas" (Fitzgerald 1997). Es un tipo de aprendizaje experimental donde el alumno "participa en alguna actividad, resume información útil del análisis y pone en práctica los resultados" (Pfeiffer 1980).
Con los juegos educativos, los alumnos tienen la oportunidad de experimentar con la toma de decisiones y la solución de problemas en un ámbito de aprendizaje activo sin riesgos (Clark 1976; Taylor 1972; Walljasper 1982). Aprenden de sus propias acciones y mediante las interacciones con pares (Corbett 1982; Joyce 1986). Obtienen beneficios de la participación en el juego y de los debates posteriores (Boocock 1968; Hankinson 1987; Thatcher 1990).
Al permitir experiencias de aprendizaje activo, los juegos educativos estimulan el pensamiento de orden superior como el análisis, la síntesis y la evaluación (Bonwell 1991).
Los profesores crean y utilizan los juegos educativos para enseñar diferentes áreas de contenido a los estudiantes de diferentes grados (p.ej., matemáticas, artes, idiomas) (Ormiston 2001). De igual manera, desde hace tiempo, los juegos educativos se han usado para la educación en negocios y gestión (Wolfe 1993).
El uso de juegos como estrategia educativa tiene el potencial de mejorar el rendimiento de los profesionales de la salud (p.ej., cumplimiento de las normas de atención) al aumentar su conocimiento y mejorar las habilidades y las actitudes.
La 2004 Games for Health Conference destacó las aplicaciones potenciales de los juegos educativos para la atención del paciente, la educación sanitaria, la política sanitaria y las áreas de gestión sanitaria. (Howell 2005). Específicamente, los juegos educativos tienen el potencial de mejorar el rendimiento de los profesionales de la salud (p.ej., el cumplimiento con las guías de práctica clínica) a través de la mejora en el conocimiento, las habilidades y las actitudes.
Esta revisión sistemática tiene varias ventajas incluida la estrategia de búsqueda rigurosa, y la selección de estudios duplicados para disminuir la probabilidad de perder estudios relevantes. También se evaluó la calidad metodológica y se resumieron los datos en duplicado para disminuir el error aleatorio y sistemático. No se aplicaron restricciones de idioma. La definición de juego requería un elemento de competitividad; por lo tanto, se excluyeron las intervenciones similares al juego como representación de roles.
Se identificó una revisión sistemática Cochrane que evaluó los juegos educativos para profesionales de la salud mental (Bhoopathi 2006). La revisión identificó sólo un ensayo en estudiantes de enfermería de salud mental realizados en Irlanda del Norte. El juego, llamado “Trivia Psychotica”, se diseñó en base al juego de mesa popular "Trivial Pursuit®" e incluyó temas psiquiátricos. Los estudiantes asignados al juego educativo tuvieron una puntuación de seis puntos más que los estudiantes del control en una prueba de preguntas relevantes a la psicosis (DMP 6 IC: 2,63 a 9,37).
Los resultados de esta revisión sistemática no confirman ni refutan la utilidad de los juegos como una estrategia didáctica para los profesionales de la salud ya que se necesitan investigaciones adicionales de alta calidad para explorar el impacto de los juegos educativos en los resultados de los pacientes y el rendimiento.
